Únicamente una fusión adecuada de las cuatro variables puede lograr que el bien o servicio que se pretende vender cubra las necesidades y los deseos de sus compradores y que, además les llegue justo en el momento en que lo necesitan o lo buscan. Por ello, la empresa debe diseñar con sumo cuidado sus estrategias: en cuanto al producto, debe estudiar bien la forma, su calidad, su presentación externa, el envoltorio, etc.; sobre el precio, la empresa debe meditar con atención en cuánto lo va a fijar, porque este va a influir, de forma significativa, en que los consumidores quieran adquirir o no el producto; en relación a la distribución, la empresa debe procurar que el producto llegue al consumidor en el momento y en el lugar adecuados; por último, la empresa debe persuadir a los consumidores, a través de la publicidad y otras técnicas de promoción, de que compren su producto y no los de la competencia.
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